Una noche oscura y fría se cernía sobre la Aldea Oculta de la Hoja. Las luces de las casas brillaban tenuemente, mientras los niños corrían por las calles con disfraces de monstruos, ninjas y criaturas extrañas. Era Halloween, y hasta los shinobis más serios no podían resistirse a la festividad... bueno, excepto Sasuke.

Naruto, con su habitual entusiasmo, había convencido a sus amigos de participar en una aventura espeluznante. "¡Vamos al Bosque Prohibido!" gritó, mientras lucía un disfraz ridí* de un ninja zombi. Sakura iba vestida de bruja, y aunque había rodado los ojos al principio, terminó aceptando con una sonrisa la idea de Naruto. Shikamaru, como siempre, refunfuñaba bajo su disfraz de fantasma perezoso, y Choji estaba más concentrado en su bolsa de golosinas que en el plan de Naruto.

“¿Por qué siempre tienes que meternos en estas cosas, Naruto?” preguntó Shikamaru bostezando. “Esto es tan problemático…”

“¡Porque Halloween es para divertirse! Además, ¿qué es lo peor que puede pasar?” respondió Naruto con una gran sonrisa, subiendo los ánimos de todos... excepto de Sasuke, quien, vestido de vampiro, les seguía a regañadientes. “Solo vine para asegurarme de que no hagas ninguna estupidez”, murmuró, fingiendo indiferencia.

El grupo se adentró en el Bosque Prohibido, conocido por sus leyendas sobre antiguos ninjas que se perdieron para siempre en sus profundidades. La luna llena bañaba el lugar con una luz fantasmal, y el viento hacía crujir las ramas como si susurraran advertencias.

Hinata, quien llevaba un tierno disfraz de gata, caminaba nerviosamente al lado de Naruto, quien intentaba parecer valiente, aunque en el fondo también sentía un ligero escalofrío. “No te preocupes, Hinata. ¡Estoy aquí para protegerte!” dijo Naruto, tratando de sonar heroico.

“G-gracias, Naruto-kun,” respondió ella, con las mejillas sonrosadas.

De repente, un extraño aullido rompió el silencio. Todos se detuvieron en seco.

"Eso... eso sonaba cerca", dijo Sakura, con los ojos muy abiertos.

"Probablemente solo fue el viento", comentó Shikamaru, aunque su tono no era tan confiado.

Pero entonces, los arbustos cercanos comenzaron a moverse violentamente. Algo grande y oscuro salió de entre ellos. Era una figura alta, cubierta de sombras, con ojos rojos brillantes y una risa gutural que hacía que la piel se les pusiera de gallina.

"¡Corre!" gritó Naruto, y todos salieron disparados en diferentes direcciones.

Naruto y Hinata corrían juntos, zigzagueando entre los árboles, mientras escuchaban los pasos pesados de la criatura persiguiéndolos. "¡Es el espíritu del Bosque Prohibido!" gritó Naruto. "¡Estamos acabados!"

Pero, mientras corrían, Hinata tropezó con una raíz y cayó al suelo. Naruto se detuvo en seco. "¡Hinata!" gritó, girando para ayudarla.

La criatura se acercaba, y Naruto se preparaba para luchar, su corazón latiendo con fuerza, cuando de repente... ¡la criatura tropezó! La enorme figura cayó al suelo con un ruido sordo, y el grupo, que ya había huido, se asomó desde los árboles para ver qué había sucedido.

La criatura dejó escapar un gemido... pero no era un sonido monstruoso. ¡Era la voz de Kiba!

"Kiba, ¿qué estás haciendo?" preguntó Sakura, medio furiosa, medio aliviada.

Kiba, que ahora intentaba quitarse la pesada máscara de hombre lobo, suspiró. "Estaba intentando darles un buen susto. Pensé que sería divertido, pero este traje es más incómodo de lo que parece."

Akamaru salió de los arbustos, moviendo la cola con entusiasmo, mientras los demás se acercaban lentamente, todavía recuperándose del susto. Naruto no sabía si reírse o enfadarse. "¡Kiba, casi me das un infarto!"

Pero antes de que pudieran relajarse del todo, un ruido aún más inquietante resonó por el bosque. Esta vez no eran risas ni pasos torpes. Era un susurro bajo y aterrador, como si mil voces hablaran al mismo tiempo.

El grupo miró a su alrededor, nerviosos. “Eso no fue Kiba...” dijo Shikamaru con una expresión seria.

De repente, las sombras del bosque comenzaron a retorcerse y a formar figuras humanoides que se deslizaban entre los árboles. “¿Qué es eso?” gritó Naruto, mirando alrededor desesperadamente.

“Leyendas hablan de los antiguos ninjas caídos…” murmuró Sasuke, mirando fijamente las sombras. “Parece que esta vez no era solo una historia.”

Los espíritus del Bosque Prohibido habían despertado. Y no parecían estar de buen humor.

Naruto tragó saliva, poniéndose en posición de combate. "¡Esto ya no es una broma! ¡Prepárense para luchar!"

Pero justo cuando la tensión alcanzaba su punto máximo, una explosión de luz llenó el cielo. Era Kakashi, flotando en una nube de caramelos y sosteniendo un cartel que decía: "Feliz Halloween". Los espíritus se desvanecieron inmediatamente.

"¡Sensei! ¿Qué está pasando aquí?" gritó Naruto.

Kakashi, con una sonrisa juguetona y una máscara de pirata, respondió tranquilamente: “Solo quería asegurarme de que tuvieran una experiencia auténtica de Halloween. ¿Les gustó el espectá*?”

El grupo, completamente desconcertado, no supo si reír, llorar o golpear a Kakashi.

Y así, la noche de Halloween en la Aldea de la Hoja terminó siendo una combinación perfecta de sustos, risas y el clásico caos al estilo Naruto.

me inspire jaja